martes, 28 de noviembre de 2017

Un arma.

Miedo a morir cada día, al alba un mismo arrebato. Un pánico de un sólo brote, una orgía de miedo; un miedo salado, continuo, sale de dentro. Un asombro sin circunstancias, esencial, sin salida, un claustro de miedo; un arma.

viernes, 24 de noviembre de 2017

Partículas de un beso.

En tu boca las partículas de un beso, sonrisa pulverizada. Agua dulce en las mejillas; de caramelo de barracas, de noria, con su vértigo en el pubis, y su grito. Tu lengua con ese habla primigenia sobre mis muslos. El horizonte atacando mi verticalidad con una inmensa belleza de ausencia; esa presencia, sólo mía, clavada en mi origen, un tono hondo, de desgarro, parapetado en un tiempo finito, en la esencia.

jueves, 23 de noviembre de 2017

Alambrada

Me persigue el tiempo; se oye la alambrada que se cierra, las puntas de acero, el frío en el cuerpo, los harapos que se desgarran antes de alcanzar la noche. Una lluvia de ojos negros que ha perdido la esperanza ofrece olvidos. Yo busco en éste acoso desenfrenado mi huella.

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Arder.

No dejes que el frío se lleve tu cuerpo, no dejes que el día invierne otro día, alarga los dedos hasta tocar su voz, arde hasta que llegue la noche y en la noche trágate el sol, que queme por dentro.

martes, 21 de noviembre de 2017

Tengo una voz.

Tengo una voz callada e indefensa domada por la noche,  tengo una voz que despierta, se desmenuza mientras fieras custodian su voluntad.
Del pozo donde me pusieron he removido su húmeda tierra, con las uñas.
Me han dejado sola con mi voz muerta. Vi una sombra en una boca confiando en su salida; una absoluta resolución, un centro, un cromosoma; yo, la sentí con los labios, con la lengua con el rosado paladar; ojalá la olieras. No puedo ver. Hay una nube espolvoreando un habla sobre la roca. No es mi voz. Necesito derramar su presencia; no quiero que ignores dónde está o por qué se esconde.

lunes, 20 de noviembre de 2017

Piel fracturada

No perderé un instante, en mis garras dejaré mi piel, mi habla, la ferocidad de la aurora. Ya no habrá voces que me digan lo que quiero, lo que debo, lo que soy; ya no habrá palabras bellas, ni frágiles. Ya no caminaré la línea de otros ojos por la hermosura de su vereda, no moriré en sus brazos. Seré  mi piel fracturada, mi grito y su sombra.

domingo, 19 de noviembre de 2017

Tiempo sostenido

Cuántos besos vacíos vas a poder soportar, has tenido demasiado tiempo sostenido demasiado frío, digamos. Has buscado hasta descubrir que no quieres saber quien eres, lo desconocido te aterra, te invalida.  Prefieres edificar sobre las ruinas de tu vieja prisión, construir de nuevo sobre terreno baldío, sobre una mordaza. No has cruzado la línea, estás sobre ella con un apego feroz de animal doméstico herido cobarde. Cuánta violación vas a poder soportar, hasta dónde y para qué.

sábado, 18 de noviembre de 2017

Paradoja

Siempre he sido así, aunque sólo a ti te dejé mirar. Hablar sin pensar, por qué no. Dejar de medir de calibrar dejarse ir, también a ti te atrapó , un poco. Lo hice hasta ayer, que, de golpe, mi memoria... Hay imágenes que me desgarran, de una belleza inexorable y cruel, me recuerdan lo que fuimos y no somos. Se abren por dentro como plantas carnívoras y me devoran. Me vi donde nunca pensé que pudiese verme, miré unos instantes mi reflejo en tus ojos y un temblor de raíz aceleró sus pupilas, soñé un refugio, una constelación, una paradoja que crece por los ojos, un quedarse con huida.

jueves, 16 de noviembre de 2017

Te vomitaré

Vomitaré la aurora que arrastra tu boca a mi sueño y me asedia en una posada hostil sin puerta al universo. Lidiaré con el velo rojo de la mañana en su rompiente mutilando la luz y ese calor que nunca tuvo cobijo será libre de encender su llama. Más porque eres tibio, y no frío ni hirviente, yo te vomitaré de mi boca.

miércoles, 15 de noviembre de 2017

Palabras.

Dicen que tengo que relativizar, pues todo en mí es intenso. Dicen que el olor de una flor no es eterno, apenas dura un suspiro, una aspiración. Dicen que hay que pisar fuerte la tierra y sus raíces, pues flotar no es humano, es para atolondrados. Dicen que el amor se desvanece, cae como el tallo azotado por el viento, pues es frágil y brota espontáneo con algo de simiente y un chaparrón. Dicen que es igual una lágrima que otra, pues todo es salado y turbio, y dicen que tu olor no es infinito que se pierde en otras manos.  Dicen que saben que soy una ilusa que me aprieto a tu cuerpo aunque tú no estés.

lunes, 13 de noviembre de 2017

Fuga.

En  un cerrar de ojos los párpados oscuros en tu boca se derraman; me fugo a tu pecho y a tu habla. Escucho delirante. No todo era amor en ese refugio de cuerpos de abrazos rotos por la danza de otros cuerpos; no todo era deseo
ni sexo. Había una fuga, una mancha posesiva abierta, llagada; un ansia de expansión y conquista, un engaño de carne buscando hogar en la bruma de un abrazo, en un rompiente, en la espuma de los días en tu entraña.  Te quedaste para siempre, y me fui sola. En un instante absoluto hallo la pasión en una lágrima. Regreso a lo inseguro, a la batalla, al acero de tu habla, a la distancia cada vez más fría, al pulso de la memoria, a tu silencio.

domingo, 12 de noviembre de 2017

Circunvolar.


 Dos cuerpos, un mismo espacio, una luz del norte, un frío seco; gargajos en las palabras, susurros de noche, un resplandor sobre el asfalto, una línea curva, una perturbación de superficie, una propagación sobre el vacío, silencio, tal vez sueños; un solo calor. Una chimenea en los ojos, unos ojos limpios sin frío, un pensar por encima del tiempo, dentro del tiempo, en el tiempo que dura una semana fuera de la raíz; sin raíz un origen, todo brillo, fuego del norte, un refugio con vistas a un nacer, el mismo norte en la raíz. Un cauce y mil manos, manos que arropan al alejarse, manos que aman y temen, manos que ceden al brote su curva, manos que se alargan en una brecha de infinito, manos que no se pierden en otras manos. Un manantial y su crecida con su mirar de reina y estrellas fugaces en las cuencas de sus verdes ojos, en los párpados, en el habla que, despierta, y se abre desde el vientre atrapando su mariposa. Un vuelo inocente de aleteo patoso, un vuelo nuevo suave de brisa fresca, dulce de leche, un aleteo de pupilas iluminado, un circunvolar de cachorro, una volada que espera el centro del habla; su habla.

sábado, 4 de noviembre de 2017

Presencia

Es tu sonrisa una presencia lejana que se clava por dentro, una línea sin comisuras, un tajo de alba sobre mis muslos, un soplo en lo hondo, un abrirse primigenio; una certeza. Es tu sonrisa un velo que oculta el peso de mis párpados, que se tensa hasta romperme. Vivo al otro lado de tu boca, un ejército de noches nos separa; un soldado avanza por detrás de tus cuencas y
nos deja mutilados para siempre. Hay unos instantes en los que me confundo deshaciendo el sonido de un sueño, es una quietud inmensa, una paz que hiere. Ayer te vi por encima de las alambradas, te gusta llegar al amanecer, agarrarme los labios, desabrocharme hasta el vientre, atravesar mis hígados con tu sonrisa inquietante, con ese erotismo que es tallo y promesa,  que regresa al tacto entero, al pulso rotundo, a un resplandor de horizonte sobre el alambre. Es tu sonrisa la huella de una voz que interrumpe los latidos y mutila mis labios cosidos hasta llenar de verde mis negras sangres de olvido.

jueves, 2 de noviembre de 2017

Un desgarro.

En tu naturaleza hay un punteo de máquina, un flujo lineal, una peculiar densidad que  amarra lo inexplicable a un acto de fe,  en los últimos límites de las últimos abismos tu ser implora, reza y esquiva la vida; hay un pulso de máscara en tu desnudez, un disfraz cruel que evita ser despojado, una música que se vuelca sobre un credo, un olor obsesivo de repetición; un lenguaje mudo, lechoso, una palabra ciega. Hay un gozo en este silencio que espera la redención, un abandono, un viento sordo, una lluvia seca, un alumbramiento mudo. Busco bajo tus uñas los restos de una ráfaga, un temblor, la sombra de un grito, el resplandor de un ángel caído, un ahogo de alba, de versos y de bocas; una ventana a lo oscuro, un guiño noctámbulo, un susurro de carne, un frío, un calambre. Te clavo una aguja de escarcha en este tu mundo sin desgarro;  sigo los pasos de las cálidas gotas de sangre sobre mis visiones.


miércoles, 1 de noviembre de 2017

Aquí estaré y aquí estoy

Aquí estaré y aquí estoy, no quiero un lugar para tu muerte en mis blancas mejillas, en mis blancos labios de sueño tardío, hace siglos que vivo en tu boca de pájaro sensato; has disecado una flor en mi garganta que se abre al crepúsculo ahogándome. Infinita es mi espera. Entre tu carne y la mía hay pulmones que no respiran, abrazos de aire y de sombra que pesan toneladas, gritos que no se abren, pupilas que se erizan con un temblor sordo, lenguas enganchadas al silencio, al punteo de un sólo acorde. Aquí estoy en una devastación de memoria que no quiere ser recuerdo. Dame tu vientre y tu pecho, dame tu habla, dame una certeza desde tus ojos, cara a cara, sin miedo ni arrebato. Dime que no  busque  mis pasos por la memoria de tu cuerpo desnudo,  recuérdame por qué no me amas.