sábado, 10 de marzo de 2018


Entre soplos de ratas,
rojas de otras sangres,
no sacrifico la virginidad, el origen, ni los pechos.
Entre garras en forma de cruz,
no sacrifico el intelecto, ni el futuro,  ni mi coño.

Por encima de un mundo de cuerpos,
por debajo,
en su vientre,
en su carne triturada,
viviendo sin oxígenos,
hay un tráfico de órganos de lenguas silenciadas
no queriendo tocar su cola luminosa epítome de lo turbio.

No podemos seguir queriendo el astro equivocado,
hay que salvar lo que se pueda,
antes que lleguen las tropas, con su carnaza de hoguera,
con su violencia elemental.

Dejaremos las promesas de los soles,
en las copas de los árboles,
bajo ruidos de nidos sin aleteo,
en chapas de asfalto de grises lupanares.

Por encima del clon,
por debajo,
en su vientre,
un cuerpo de fuego no morirá en la hoguera.
Las horas medievales se arquearan
sobre el zumbido de un aleteo lingüístico que será vuelo.

Entre soplos de ratas,
chispas de arterias,
destruyen cálices, máscaras y sus sombras.
Bajo su vientre,
estalla
la batalla sin jerarquías angelicales.