martes, 21 de agosto de 2018

Mi carne,
gelatina entre sus puños
asperjar agua bendita
Mi boca,
cicatriz sobre la hierba
verde su despertar
asperjar agua bendita
un lecho
sangrado de memoria
un lecho gris de sala de espera
dentro
crujidos, zarzas como esposas anilladas,
dos brazos rotos
una lengua rota
un trofeo sin alas
asperjar agua bendita
La cueva
con su lengua de arácnido
sobre el habla un grito silenciado
sin aurora la carne
sobre el día marchitada
asperjar agua bendita
sobre la llama, los restos,
un muñón de sueño equivocado,
sobre la llama
una herida blanca
un puñal empuñado
un tajo de memoria
una grieta y su cueva
asperjar agua bendita.




miércoles, 11 de julio de 2018

De súbito
el agujero
enorme como una boca sin amamantar
día en que un susurro a gritos
clama por mí.
No hay pasado
sólo una huella arrugada
que ha terminado sola
en su desnudez de carne silenciada
un puño abulta el corazón
con su fulgor de pulso agitado
sin lengua
ha edificado su hogar
en la ausencia.
Soñé muy mal
soñé una luz que se apaga al alba,
se desvanece oscuro el amor
un silencio amordaza
sus horas
un silencio cobarde que huye
sin reconocer el obsceno quebranto
de rosa roja
desgarra al filo de la vulva
más dentro adentro
siento las huellas de su carne
mordiendo
golpes que como latidos
pellizcan mi sangre
pasos
todavía sonoros
sin fisura
lo prohibido
en el paladar
me habían prometido
su origen
un mundo incandescente
sólo deseo no perder el eco
por estar aquí
siempre aquí.

sábado, 23 de junio de 2018

Mi corazón
latiendo
hacia lo alto
mecido por las huellas de tu piel.

Antes del vértigo,
el pulso,
lluvia , silencio
sombras como cuchillos en los pliegues,
un grito
cálido, sorprendido, altivo,
un estremecimiento
hacia arriba muy a lo alto.

Mi corazón arrancado de su cueva
palabras
clavadas
con sus yemas de cristal
en las cuencas.
Rasgados los ojos.

La piel
acariciada
buscando
un instante,
consuelo sin memoria,
viento que no sopla,
en el centro de mi quietud tu boca.

No conoces
la noche
mutilada en un instante
el ímpetu, atravesado como una cueva,
cercas de alambre,
antes de nacer tersas en tus rojos labios,
dentro de mí enredadas.


Tus ojos
ciegos de tormenta
fango en su interior,
pequeñas hojas muertas tus palabras,
en mis labios, anidando.









jueves, 21 de junio de 2018

Mudas cosas muertas
palabras
bailando sobre el viento,
un desdén agitado al alba,
una noche que quiso ser cielo
verde aroma
verde de hierba mecido,
arteria, víscera y vientre.
Un vientre que quiso ser ola en la garganta
para siempre
un corazón latiendo.
Donde no hubo pulso sangre encharcada
un horizonte blanco clavado en la tierra
blando el corazón desangrado
blando el estigma y su grito,
blanda sombra
vacía de blanca noche.



sábado, 26 de mayo de 2018

He perdido en la tristeza de tus ojos,
el baile, el habla, la carne
Adentro,
donde mi ser quiere ser
hay pozo con las huellas de tu hambre
gimiendo sobre los albores de mi vida
un espejo que busca
en el cante jondo
curar la herida
El simple aleteo de tu recuerdo
me alumbra
y en mi infierno
bajo tu boca
chispea
sobre el ardor que todo lo abrasa,
la estrella hacia el norte.






miércoles, 16 de mayo de 2018

Pequeñas venas azules en la sien
un sendero rugoso
cabellos blancos con sus púas;
unos ojos conscientes que quieren ser lo que recuerdan.

Un estertor
oxígeno roto, un ahogo
regresar al vientre sin agua.

El tiempo
una losa sobre el hígado, un quebranto de venas
la piel morada respirando sangre.
Los puños cerrados de dedos reventados,
ya más anchos que largos, cobijando la herida.

La piel corteza tierra arrugada surco sin salida
fondo pozo
¿Dónde está el agua?
¿quién se llevó el río y su corriente?
¿dónde los niños y sus juegos?
¿dónde se cobijan los duendes?

El tiempo
piel ennegrecida sobre la carne
Detrás,
océanos como gotas bajo la memoria,
una hoguera sin fuego
un rompiente sin mar a los pies,

un precipicio sin vuelo,
un agujero oscuro, hondo como la vida.








miércoles, 25 de abril de 2018

He dejado mi cuerpo en un ataúd y
ahora,
estoy aquí,
excitada y violenta,
sin pulmones que respiren tu boca,
sin ojos que laman los brotes de  sangre
de tu lengua silenciada.
Sin habla.

He confeccionado una máscara
viscera vientre órgano
un contenedor para tus labios.

No puedo quedarme aquí,
quieta,
mordiendo la carne figurada
agarrando
polvo de sangre, polvo de aire,
polvo de ego bajo la sombra de una percepción.

domingo, 15 de abril de 2018

Quería mirar dentro
quería observar cada uno de sus órganos,
extraer el aire desconocido de sus pulmones, sus hígados, la forma exacta, ácida y brutal de sus vísceras y su sangre;
necesitaba saber que había en él una porción de monstruo de dios de creación y de nada.

Metí mis manos demasiado dentro
debajo
demasiado para encontrar lo que buscaba.

Y hallé un silencio ciego, un miedo de oscuridad, un ego escondido abierto hacia fuera muy fuera, sin aliento.

Y quise ser él.
Todavía no sé por qué y todavía quiero tocar sus hígados.

Hay una viscosidad húmeda que me envuelve,
que, a veces, es aire y a veces boca
y,
sé que me pertenece
su frío su hambre su sed
su rabia y,
sé que me posee la boca de su fuego, no hay duda,
me vi en el interior de su cuerpo
más dentro más abajo más nada.

sábado, 10 de marzo de 2018


Entre soplos de ratas,
rojas de otras sangres,
no sacrifico la virginidad, el origen, ni los pechos.
Entre garras en forma de cruz,
no sacrifico el intelecto, ni el futuro,  ni mi coño.

Por encima de un mundo de cuerpos,
por debajo,
en su vientre,
en su carne triturada,
viviendo sin oxígenos,
hay un tráfico de órganos de lenguas silenciadas
no queriendo tocar su cola luminosa epítome de lo turbio.

No podemos seguir queriendo el astro equivocado,
hay que salvar lo que se pueda,
antes que lleguen las tropas, con su carnaza de hoguera,
con su violencia elemental.

Dejaremos las promesas de los soles,
en las copas de los árboles,
bajo ruidos de nidos sin aleteo,
en chapas de asfalto de grises lupanares.

Por encima del clon,
por debajo,
en su vientre,
un cuerpo de fuego no morirá en la hoguera.
Las horas medievales se arquearan
sobre el zumbido de un aleteo lingüístico que será vuelo.

Entre soplos de ratas,
chispas de arterias,
destruyen cálices, máscaras y sus sombras.
Bajo su vientre,
estalla
la batalla sin jerarquías angelicales.





martes, 20 de febrero de 2018

No quiero un susurro, quiero una voz que, de la sombra del sueño, de su divagación , de sus oscuros ojos, me arranque un gemido con el resplandor de un rayo fugaz y deslumbrante.



domingo, 18 de febrero de 2018

Lo que me viene a la boca, no lo siento y lo digo, ha llegado súbitamente, en un momento de oscuridad. Tal vez, sea un diablo, quien viene a mis labios para negarme e impedir lo que deseo.
Cuando quiero decir : Te Amo
Me quedo muda, sin fuerza,
como si me hubiese vaciado por dentro y sólo quedase carne muerta entre mi lengua.

Tu avidez de bicho picoteando mi voz, me deja ciega.
Me desgarra el vocablo,
dentro, en el mismo centro  de la vida, hasta matarme.
Entre su herida, se cobija mi deseo, inmenso, como el alba, antes de romper el día.

Estás dentro de mí , desde siempre, aun así, decides no amarme.
Mi lengua te miente, mis ojos no saben.
Te vas,
guiado por un orgullo de macho apaleado.
Duele la sangre al despedirnos.
Buscas otra boca tan rápido que haces del diablo de mis labios mi dios.


sábado, 17 de febrero de 2018

Hunden pensamientos en mi garganta, por la fuerza. Son precisos, de cadena perpetua. Con la violencia del sol engullen cerebro, hasta hacerlos míos. No puedo vomitar lo que ya es mi alma. El aullido de su eco de hiena, puede conmigo. Hay una agitación de clavo impuesto, despertando. Voces que se alzan por debajo, susurros de oído, conmoción. Un tajo en la mirada, todavía indefenso. Una revuelta en el rostro, sin enfoque. Soy un piquete de otros deseos que, a corazón mordido, arde por deshabitar un habla que no entiende.

domingo, 4 de febrero de 2018

Su cuerpo es un vacío sin palabra, una ofrenda sin dioses, una inmolación sin garganta. Un silencio. Hay, en el grito, un ramo de viento que se perdió en tu boca enamorada.

domingo, 28 de enero de 2018

Cuando queda lo que nunca fue y se graba en lo oscuro, en el puto hígado, como un vómito que no expulsé, cuando te despierta en la noche con un arrebato de soles muertos, penitentes y el latido tiene un nombre que no se deshace ni con alcohol ni con drogas ni con aire, sólo queda desangrase poco poco sin tragedia.

domingo, 21 de enero de 2018

Millones de hojas grises, en el vómito del soldado que despierta. Se oyen los bichos agitándose aún dentro de la boca. Camino por la cornisa de un fusil cargado entre gotas de temblor que alargan la mirada. Hay una lluvia fina de pólvora temblorosa que oscila en los labios, en los pechos, en el mismo centro de la sangre. Su violencia se proyecta rosa sobre el día.  Hinco los dientes en su goteo como una perra que no suelta bocado. Siento su ráfaga en la nuca como la sombra que no quiere ser la prolongación de un instante.

sábado, 13 de enero de 2018

Es maravilloso no necesitar que cumplan tus expectativas; es maravilloso no tener expectativas; dejar que la música suene sin más, es extraño y poético.

miércoles, 10 de enero de 2018

Para reconocer una huida hay que saber que, la loba, no huye, caza. No es culpable ni inocente; no tiene dueños. Es un gemido primigenio que reconozco y hago mío. Soy cazadora no cazada. No hay en mí una huella de mordaza, ni una sola que no sea aprendida, clasificada.


martes, 9 de enero de 2018

lunes, 8 de enero de 2018

Huir fuera es internarse en el bosque, allí no hay luz, tal vez, un ramaje denso y confuso, demasiado  habitado y solitario, un inmenso y oscuro vagar sin rompiente.

viernes, 5 de enero de 2018

Por no querer dolerte

¿Por qué te has cuidado de mí? ¿A qué tienes miedo?
Acaso temes reconocer en tu sed la mía.
Extraño silencio el tuyo
por no querer dolerte.

Tal vez,
crees necesitar una cadencia suave, unas zapatillas a tus pies, unas manos en la cocina, un sexo sin arrebato,
Tal vez,
soñaste muy mal una morada enjaulada con nuevos silencios
Tal vez, necesites reconocer la herida.

jueves, 4 de enero de 2018

Lo que dijiste..
lo que no...
atravesó la palabra con su sonido de agua hasta mi sexo.
Mi desnudez está herida,
tuvo que aprender con el ruido de tu boca
su violencia.



miércoles, 3 de enero de 2018

Un hueco.

No dejaré que tu boca sea la mía por mucho que ame su voz. No dejaré las yemas de mi mirada, el tacto de mis ojos, el centro de mi sexo ni mi vientre en tus manos. Aun así, siempre habrá para ti un hueco en el umbral de mi piel.

martes, 2 de enero de 2018