miércoles, 11 de julio de 2018

De súbito
el agujero
enorme como una boca sin amamantar
día en que un susurro a gritos
clama por mí.
No hay pasado
sólo una huella arrugada
que ha terminado sola
en su desnudez de carne silenciada
un puño abulta el corazón
con su fulgor de pulso agitado
sin lengua
ha edificado su hogar
en la ausencia.
Soñé muy mal
soñé una luz que se apaga al alba,
se desvanece oscuro el amor
un silencio amordaza
sus horas
un silencio cobarde que huye
sin reconocer el obsceno quebranto
de rosa roja
desgarra al filo de la vulva
más dentro adentro
siento las huellas de su carne
mordiendo
golpes que como latidos
pellizcan mi sangre
pasos
todavía sonoros
sin fisura
lo prohibido
en el paladar
me habían prometido
su origen
un mundo incandescente
sólo deseo no perder el eco
por estar aquí
siempre aquí.